martes, enero 03, 2006

Manuale d' amore (Giovanni Veronesi): 6

Hay países por los que parece no pasar el tiempo. No se trata sólamente de su arquitectura, ni siquiera de su economía, se trata sobre todo de su mentalidad. Son países anclados en el tiempo, en un esplendor que ahora es ocaso. Italia es uno de ellos.
Si tú ves una peli española de los 60 y luego ves una peli española de ahora, el mundo parece otro. Hay un nexo común, pero el paisaje es distinto y las mentalidades son opuestas. Ha habido una evolución en forma y fondo.
Sin embargo, cuando te plantas en un cine ante una peli como “Manuale d’amore”, te das cuenta de inmediato de que podía haber sido hecha en los 60. Que los edificios y los parques son los mismos, pero que lo que menos ha variado desde los 60 son los conflictos, la forma de ver el mundo. Se aprecia el mismo machismo, el mismo humor chusco, los mismos amantes debajo de la cama y las mismas aproximaciones lamentables del feo calvo a la diosa terrenal de turno, poesía de látidos del corazón y romanticismo de paseo por la playa. Es que el tiempo no ha pasado, es que los chistes son los mismos y la lágrima es la misma. Son los mismos recursos a meter los pensamientos, antagónicos a las realidades; a meter amas de casa que desean al presentador del telediario.
Son las mismas historias, tradicionales sí, pero tan divertidas y graciosas como siempre. Y es que la evolución es positiva, pero a veces la nostalgia es más efectiva. Hay ratos de esta peli en que, envuelto en culpables carcajadas, desearía que el cine español mirara un poco más atrás y me hiciera reír del modo en que me río.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No entiendo como calificas a esta película con más de un 4.
Al ver una vespa por Roma te pasa lo mismo que con Cassano; te empalmas. Querido Alberto, no todo es Caro Diario. La primera historia es una mierda pinchada en un palo. Es el enamoramiento más patético que he visto en mi vida. La segunda historia, la mejor de las cuatro, es real como la vida misma. Con una actuación soberbia del Sr. Rubini, te hace sentir completamente identificado. Muy poca gente no habrá estado en esa situación en algún momento de su vida. Lo malo es que hace que permanezcas sentado la última hora viendo dos historias dignas del mismísimo "Jaimito" italiano. En eso estoy de acuerdo contigo,se podría haber visto en cualquier década, a partir de aquí pasa a ser una italianada total. En resumen, lamentable y fallido intento de desarrollar una trama mucho más jugosa.
Otra cosa, te recomiendo que no pongas en el blog junto a las películas fechas falsas o la fecha en la que la ves. Mejor no poner nada.

Alberto Córdoba dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con usted, Luis Blas. Me emociono en cuanto veo una Roma más turística que la torre Eiffel en un film sobre París.
Sé que es la hez, pero no lo puedo evitar, me descojono hasta con detalles de una puerilidad que me asusta. Me pasa como con el Show de Flo, me descubro carcajeándome y me siento culpable, pero la risa ya ha pasado por mí, me ha creado arrugas a rellenar de bottox