lunes, agosto 28, 2006

LA NOCHE DE LOS GIRASOLES (Jorge Sánchez-Cabezudo): 8


Es curioso que España se haya especializado en un género tan poco común como el thriller rural. Si miramos la historia del cine español, pocos géneros han dado obras tan insignes como “El cebo”, “Furtivos”, “Los santos inocentes” o “El séptimo día”. “La noche de los girasoles” pasa a sumarse a este grupo.

Lo hace fundamentalmente porque parte de un guión alambicado y directo, serpenteado y brutal. Porque deja tiempo a cada uno de los personajes sin renunciar a su cruce en forma de una intriga creciente. Porque deja que empatices con ellos, sin negarles su perdición.

Sánchez-Cabezudo muestra ser casi tan gran director como guionista. Su violencia seca es casi tan agresiva como el ambiente malsano en que se desarrollan hasta las escenas más serenas. La atmósfera de thriller está tan metida en los personajes y en el escenario que podrían todos abandonar el paisaje que seguiría tan dentro de ellos como de la aldea. Lo hace sin buscar la tópica lluvia ni una fotografía árida. Lo hace a partir de la dramaturgia y de un montaje claro. Lo hace con unos actores ajustados, más dispuestos a servir que a servirse. Los casos más claros son los de Manuel Morón, Petra Martínez o Carmelo Gómez. El caso más espeluznante es el de un Vicente Romero, tocado al mismo tiempo por Dios y por Lucifer. Es tan efectivo liderando un reparto como camuflándose en rol terciario. Siempre cumple en su cometido, siempre brilla, en la risa o en la lágrima, en la duda o en la certeza, en la salud o en la enfermedad.

Roza tan claramente la obra maestra Sánchez-Cabezudo que por eso fastidia todavía más sus ligeros errores tan arreglables en montaje. Porqué ha dejado doblar a dos de los actores sólo lo sabe él. Se llevará su error a la tumba. Una tumba que habrá parido un thriller rural excepcional, pero no la obra maestra que había sobre el texto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero entonces es o no es una obra maestra? Qué defectos le encuentras aparte de lo de doblar?

Alberto Córdoba dijo...

No me parece una obra maestra porque ese defecto rompe la atmósfera y te aleja durante un rato de la película