lunes, diciembre 28, 2009

EL ERIZO (Mona Achache): 6,5

Desconozco el libro del que parte. Desconozco su tema. Lo sigo desconociendo cuando acaba el metraje.
Como en algunos otros libros, en la conversión al fotograma la autora opta por la recreación de la trama, de sus personajes, pero suele estar más el acierto en la renuncia que en la selección. Y quizá Mona Achache hace mejor la selección que la renuncia.
La selección es notable. La primera hora de la peli transcurre por un inmueble que se torna apasionante. Gracias a dos recursos de metacine tan expresivos como la cámara de vídeo y los dibujos de la niña, la narración se hace cercana y conectada, los personajes se tornan suma e hilo, la vida del edificio se hace tangible y al mismo tiempo, poética.
Quizá en lo que falla es en que no se hace global. Aunque lo busque, no hay posible metáfora del mundo exterior. Aunque se empeñe, hay ciertos personajes que no llegan a ser más que bosquejos, que aportan lo mismo a la trama que los títulos de crédito.
Por todo ello, entre aciertos y falta de renuncia, la película avanza a un ritmo adecuado hacia un desenlace que una de forma definitiva las historias, que encuentre el tema, la moraleja que haga universal esta historia local.
Y ahí llega el mayor problema de esta adaptación. El final es tan precipitado que se vuelve abismo. Nada se saca de ahí más que la sorpresa. Algunos podrían decir que es consecuencia del azar. Pero para que el azar sea mensaje conviene planificarlo con todo detalle. Conviene que torne consecuencia de causas seleccionadas y renuncias explícitas.
De otro modo, seguiremos sin saber cuál es el tema, qué quiso contarnos la autora de la película, qué quiso contarnos la autora del libro.


No hay comentarios: