lunes, septiembre 05, 2011

LA PIEL QUE HABITO (Pedro Almodóvar): 7,5


Almodóvar es como el Dr. Robert, un esteta incorfomista. Alguien incapaz de quedarse con las soluciones que ya le han funcionado, alguien que quiere ir siempre más allá y buscar formas nuevas para problemas antiguos.
Almodóvar ha ido en "La piel que habito" más lejos de lo que nunca había ido. Puede que prefieras su comedia naturalista, puede que prefieras sus dramas femeninos, puede que prefieras sus melodramas de artificios de diseño, pero lo que no se puede negar es que Almodóvar ha hecho como el Dr. Robert: ha dado un salto mortal y sin red.
Y ha caído de pie. Sorprendentemente de pie. Lo ha hecho, pese a unos conflictos bestiales, pese a un argumento de culebrón, pese al retorcimiento objetivo de sus personajes, pese al exceso de un personaje que sobra (El Tigre). Pero ha caído de pie.
Cae de pie porque como siempre, narra de una forma que hace que te metas en un nuevo mundo, que quieras saber más, que te emociones. Y aunque no para de innovar, aunque consigue tener la mejor fotografía de toda su carrera, aunque consigue una belleza en las imágenes y en la dirección artística que enlazan directamente con su argumento (la construcción de la belleza), su mayor virtud es la de siempre: transforma lo extraño en normal, el horror en belleza, hace querible y comprensible una gama de personajes que en modo alguno lo son.
Y lo hace él con un guión excelente, puede que demasiado pensado y escrito. Pero lo hace Banderas con la mejor interpretación desde "Átame". Ya no es Ricky, ahora es Robert el que secuestra y se enamora. Es otro. Y eso es lo que consigue: parecer realmente otro, dejar de parecer Antonio Banderas.
Cuando acaba la película, cada personaje es otro, cada actor es otro, tú eres otro. Probablemente Almodóvar sea otro. Y sin embargo, como Vicente, también Almodóvar sigue siendo el mismo.

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