Al minuto de comenzar Beginners, te das cuenta de que es una experiencia distinta. De que lo que vas a ver es el auténtico y absoluto placer del cine.
No lo es porque haya grandes movimientos de cámara y persecuciones. Lo es porque te lleva a una atmósfera donde lo cotidiano se vuelve mágico, lo común bello y lo extraordinario, hábito.
Lo hace gracias a un guión de hierro. Un guión que toma una decisión aparentemente estúpida que en su desarrollo, se vuelve un absoluto acierto: contar en paralelo dos historias que suceden en tiempos distintos y que aparentemente no tienen nada que ver.
El desarrollo de cada una de esas historias está poblada de ideas geniales, de vivencias reales, de magia encontrada en las experiencias más habituales. Ese guión se suma a una vieja música y a imágenes de archivo para, mediante un montaje superlativo, lograr configurar una implicación absoluta del espectador. Esa implicación supone identificación, supone risas, supone lágrimas. Supone sentir la vida del otro como si fuera la tuya.
Pero esto no se haría real si no fuera por sus personajes, si no fuera por sus actores. El papel que les dan a los 5 principales es oro puro, es material de obra maestra. Pero lo que hacen con ellos Christopher Plummer y Melanie Laurent lleva al sueño lo que ya era cenit.
La humanidad y querencia que le entrega Plummer a ese viejo recién salido es notable, el carisma y belleza que ofrece Laurent la convierten en la actriz del año. Tarantino no era ciego al descubrir a Shosanna. El cine tiene una actriz para toda la vida, alguien dotado de clase y glamour, de belleza especial y cotidiana, de normalidad y elegancia. Se trata de una actriz para unirse a las grandes del cine clásico. Esperen y lo verán.
Mientras tanto, pueden disfrutarla en pantalla. Pueden dejarse llevar por el cine en estado puro. Por los sentimientos de verdad. Por una película realmente bonita, nacida para querer, nacida para aprovechar la vida "aunque uno no sepa cómo funciona".
No lo es porque haya grandes movimientos de cámara y persecuciones. Lo es porque te lleva a una atmósfera donde lo cotidiano se vuelve mágico, lo común bello y lo extraordinario, hábito.
Lo hace gracias a un guión de hierro. Un guión que toma una decisión aparentemente estúpida que en su desarrollo, se vuelve un absoluto acierto: contar en paralelo dos historias que suceden en tiempos distintos y que aparentemente no tienen nada que ver.
El desarrollo de cada una de esas historias está poblada de ideas geniales, de vivencias reales, de magia encontrada en las experiencias más habituales. Ese guión se suma a una vieja música y a imágenes de archivo para, mediante un montaje superlativo, lograr configurar una implicación absoluta del espectador. Esa implicación supone identificación, supone risas, supone lágrimas. Supone sentir la vida del otro como si fuera la tuya.
Pero esto no se haría real si no fuera por sus personajes, si no fuera por sus actores. El papel que les dan a los 5 principales es oro puro, es material de obra maestra. Pero lo que hacen con ellos Christopher Plummer y Melanie Laurent lleva al sueño lo que ya era cenit.
La humanidad y querencia que le entrega Plummer a ese viejo recién salido es notable, el carisma y belleza que ofrece Laurent la convierten en la actriz del año. Tarantino no era ciego al descubrir a Shosanna. El cine tiene una actriz para toda la vida, alguien dotado de clase y glamour, de belleza especial y cotidiana, de normalidad y elegancia. Se trata de una actriz para unirse a las grandes del cine clásico. Esperen y lo verán.
Mientras tanto, pueden disfrutarla en pantalla. Pueden dejarse llevar por el cine en estado puro. Por los sentimientos de verdad. Por una película realmente bonita, nacida para querer, nacida para aprovechar la vida "aunque uno no sepa cómo funciona".
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