domingo, mayo 28, 2006

CAMINO A GUANTÁNAMO (Michael Winterbottom y Matt Whitecross): 8,5


Hay pocas cosas que pueda decir sobre Winterbottom distintas a las que ya he dicho. Creo que todos sabéis que es mi director favorito, el único que consigue hacerme llorar cada vez que se pone ante una pantalla, el solo ser de este planeta capaz de configurar un filme cada seis meses y estrenar una tras otra brillantes obras maestras que muestran el mundo de hoy a las futuras generaciones. Son pelis oportunistas que, sin embargo, pasarán el filtro del tiempo, perdurarán para los que todavía no han nacido.
Su secreto no es sólo el talento de su pulso narrativo, ni siquiera la cercanía de sus historias, ni su compromiso con el mundo en el que vive. Todo eso hay muchos más que lo tienen. Quizás su secreto es ser un tío normal. Alguien que huye de grandes historias y de grandes mensajes. Ya sea su voz en off, en entrevista, en diálogos fuera de cuadro, en canciones sexuadas o en diálogos que no parecen decir nada, su voz es siempre la de la cotidianeidad, la del que ni exhorta ni calla, la del que si susurra es al oído, si canta es público de concierto y si grita, es frustración solitaria.
De todo eso y de su habitual originalidad en la forma narrativa hay en "Camino a Guantánamo", una dramatización que podría haber sido de "Informe semanal" y que en sus manos, se convierte en un thriller sin pausa. En una narración que acelera el corazón, estremece las vísceras y humedece los lacrimales. No necesita prácticamente elementos para ello. No requiere discursos ventajistas ni imágenes grandilocuentes. Le basta con encuadrar la verdad. Él bien sabe que, aunque pueda estar en un plano nocturno desenfocada, sigue siendo verdad. Y la verdad y el cine también se pueden llevar bien. Lo ha vuelto a demostrar una vez más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No he visto la peli, reconozco que el argumento aunque bueno, me echaba para atrás. Pero he visto WONDERLAND y flipé. Es otro tipo de cine. Consigue contar la historia de una manera muy realista y a la vez sencilla. Desde entonces soy fan de winterbottom, como tú.