miércoles, enero 20, 2010

UN TIPO SERIO (Joel y Ethan Coen): 6


Hace año y medio escribí un post alabando la última comedia de los Coen. Dije que Quemar después de leer era su primera comedia que cumplía plenamente su objetivo. Tras ver Un tipo serio, sigue siendo la única.
Si su objetivo era hacer reír, a veces lo logra. Es tan perdedor el protagonista que no puedes evitar reírte a cada nueva pringadez. Si su objetivo era hacer reflexionar sobre la religión, casi nunca lo consigue. Es tan esperpéntico el camino que no queda lugar para la alegoría. Y si su objetivo era hipnotizar con la trama, queda manifiestamente lejos. Donde en Barton Fink, su referente más cercano, había atmósfera, aquí hay desinterés.
No importa que pueble la historia con sus freaks habituales. La tela de estulticia en América que los Coen siguen tejiendo no llega aquí a conectar con nadie. Porque todos generan más pasmo que empatía, más alejamiento que risas.
Un tipo serio no es una mala película. Sus encuadres siguen siendo curiosos y representativos de una América idealizada. Sus actores son perfectamente coenianos. Y su coherencia llega a todo el metraje, salvo el capricho del prólogo. Pero apenas consigue una escena perdurable.
Si en el principio de Heisenberg en la pizarra está todo el poder de sus imágenes, las matemáticas quedan demasiado lejos de la vida. La metáfora está a distancia excesiva de la realidad.
Eso no es malo, simplemente es lejano. Por eso, hace reír poco. Por eso no emociona nada.

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