domingo, noviembre 25, 2007

MICHAEL CLAYTON (Tony Gilroy): 8,5


Los setenta están otra vez aquí. Está el cuerpo de Pollack y está su alma. Todo sabe a su aroma. Al aroma de los setenta, al aroma del thriller político, al sabor a "3 días del cóndor", a Redford y grandes intereses, al gran cine de pequeño hombre contra grandes corporaciones.

Punto por punto, Michael Clayton es todo eso. Es la historia de siempre contada como nunca. Dejando poso para los personajes, dejando que surjan conflictos sin necesidad de amplificarlos, potenciando los roles secundarios con actores enormes, buscando el brillo en el mate. Gilroy asume todo ese material y lo mete en su cóctel de la sabia escritura.

Y ahí no brilla el magistral creador de la tensión de Jason Bourne, sino el soberbio creador de personajes que hay en la saga Bourne. Su paso de la máquina de escribir a la cámara es notable, sabe cuándo tiene que generar belleza y perdurabilidad (los dos últimos magistrales planos) y cuándo debe ser funcional y dejar que se luzca su impresionante reparto.

Desde ya, Clooney merece el Oscar. Su recreación de Clayton es un ejemplo de carisma, vigor, fuerza, contención y emoción. Siempre hemos sabido que era el único de los grandes que tenía aroma a clásico. Ahora ya sabemos que lo va a ser. Tanto como el maestro Pollack. Su carrera en la dirección de filmes sobresalientes parece acabar con una nueva demostración de que es uno de los mejores actores secundarios de la historia. Aunque venga de los setenta, aunque siga hoy, estará siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Michael Clayton me ha sorprendido. Después de la un poco insulsa "Good night and good luck", George Cloney aparece con un papel más indolente de lo habitual en sus representaciones, una persona que no lo tiene todo controlado, sino que es más dependiente de las circunstancias, que sufre, que tiene un limite a partir del cual deja de luchar y no tira la toalla pero pasa a resignarse. Esto es lo que más me ha sorprendido.
Con respecto a la trama me ha recordado a La Tapadera, también un poco a Erin Brokovich. Lo más curioso de todo es que este es un caso real sucedido en Francia: U-North era Bayern y diseñó un sulfato con una molécula que mataba las plagas pero tambien casi todos los bichos alrededor de los cultivos y se filtraba terminando por provocar, no cáncer pero sí afecciones respiratorias.
En cualquier caso la sensación en el espectador hasta bien entrada la película es de desconcierto y confusión (sensaciones que vive simultáneamente el protagonista), con paranoias de esquizofrénico mezcladas con pellizcos de realidad que no se saben distinguir ni interpretar. Casi hace desconectar.
Yo le quitaba medio punto a tu puntuación Alberto, pero esto sólo por ser pejiguero.

Alberto Córdoba dijo...

Muy didáctica tu aportación, Pamplona. Cada vez los múltiples participantes de este foro aportan más