viernes, enero 30, 2009

Cine Forum: CHINATOWN (Roman Polanski)

Chinatown no es un barrio, es un estado de la mente. El estado de la mente al que vuelves sabiendo que no debes volver. El lugar de los errores, el lugar en el que te pierdes, al lugar al que tiendes.
Towne, Evans y Polanski construyen una película acerca de ese estado de la mente. Pero en ella no hay lugar para los discursos, no hay sitio para la filosofía, no hay momento para el mensaje.
Todo en ella es narración. Narración apasionada, apasionante. Historias de cine negro que se mezclan y se alimentan. Los conflictos de siempre explicados como nunca. Dramas brutales contados como si fueran banales.
El modélico guión de Robert Towne te lleva en una barca en la que, como Jack Nicholson en Chinatown, siempre estás perdido. Siempre vas 5 minutos por detrás de la trama. Siempre hay algo que se te escapa. Algo que no logras asir ni conectar y que crees que te va a dejar atrás. Y sin embargo, a los 5 minutos eso ya lo has conectado. Pero hay otro cabo suelto que tomar.
Así construye una trama, donde nada queda al azar. Donde todo tiene lógica y nada tiene explicación. Una trama en la que el espectador participa del juego sin saberse más reglas que las del cine clásico. Una trama que no sabes dónde va a llevarte. Hasta que como Jack Gittes llegas a Chinatown y te encuentras que estás perdido. Que has llegado al estado de la mente al que tiendes. Al estado de la mente del que no puedes salir.
OTRAS RECOMENDACIONES DEL AUTOR:
1. La semilla del diablo
2. La muerte y la doncella
3. Lunas de hiel
4. Repulsión
5. Cul-de-sac

viernes, enero 09, 2009

Las 5 mejores escenas del año

Algunas ya he tenido que citarlas antes. En un año de cine regular, puede haber grandes momentos. No son tantos los memorables. Pero existen, pero son:
  • Sin lugar, a dudas el mejor momento del año es en 4 meses, 3 semanas y 2 días. La crudeza, verdad, fuerza del conflicto entre Anamaria Marinca y Vlad Ivanov es tal que no se va al día siguiente de la cabeza. No se va una semana después. No se va al acabar el año. Sé que no se va a ir nunca. Los 20 minutos en tiempo real grabados por Christian Mungiu son tal prodigio de guión, dirección e interpretación que serán estudiados por estudiantes que todavía no han nacido. Desde aquí, un brindis en romanó por este dios muerto.
  • Los actores no son autores. Pero hay escenas en las que devienen en ello. Sólo los grandes lo consiguen. Javier Bardem hoy en día es el más grande. No conozco a nadie que vaya a una gasolinera igual que antes de ver No es país para viejos. Puede ser culpa de los Coen. Puede ser culpa de Cormac McCarthy. Es seguro de culpa de Bardem.
    Mamma mia. El ganador se lo lleva todo. Pero el espectador también. Cuando en una peli de arte y ensayo, te encuentras con un prodigio, lo agradeces, lo celebras, lo vives. Cuando en una peli en la que no esperas nada, te encuentras con una escena como la vemos abajo, con una imperfecta Streep más perfecta que nunca, con una música simple que penetra en lo profundo de tu más corazón, con energía cinética en cada fotograma, sabes que el viaje ha merecido la pena, sabes que el sueño ha vuelto ser real, sabes que el eterno poder de evocación del cine se ha quedado en tu cerebro.


  • Antes que el diablo sepa que has muerto. La heroína es un peligro, es un mito y es una obsesión. Nadie que haya visto a Phillippe Seymour Hoffman metiéndose en el apartamento más peligroso, mítico y obsesivo del mundo puede olvidarlo. Yo, desde luego, no. La atmósfera, la androginia del camello, el gordo en el que se refleja. Todo lleva a que sentir lo mismo que con la heroína. Esa escena se vuelve un peligro, un mito, una obsesión.
  • Arma fatal. La parodia es un género devastado por los intelectuales. Esos intelectuales que olvidan que la risa es el orgasmo de la inteligencia. El comienzo de la escena de acción de Arma fatal es uno de los momentos más descomunalmente divertidos que recuerdo. Es tan increíblemente divertido que resulta complicado reírse de todos los chistes. Por eso, nada mejor que revivirlo:
    http://www.youtube.com/watch?v=RRaYzHwxd8k
    Peor, pero disponible en esta misma página es la que abajo veis.
  • MAMMA MIA (Phyllida LLoyd): 7,5

    Nada de lo que diga tiene a partir de ahora ningún valor. Estoy encerrado en un tren. Estoy en la bella localidad de Calatayud. La nieve me rodea y llevo una hora sin avanzar. Estoy con una cerveza y dos copas, tomando la tercera. Estoy feliz.
    Acabo de ver Mamma mia. Acabo de llorar, acabo de carcajearme, acabo de reír, acabo de bailar con la imaginación, acabo de martillear el suelo con mis pies. Acabo de volver a disfrutar del noble arte de dibujarte una sonrisa en el rostro y no arrancárterla hasta el icono de copyright.
    Sé que no pasará a la historia. Sé que en un rato me habré olvidado de ella. Sé que no será analizado por analistas sesudos. Sé que yo no debiera analizar en este blog. Sé que mi esnobismo la condenó a mi ostracismo en taquilla. Sé que mis pies, mi estómago, mi mandíbula, mis cuerdas vocales la han gozado como pocas.
    Nada de lo que estoy diciendo tiene ningún valor. El único valor está en lo que he vivido. Y lo que he vivido no es reflexión, es evocación. No es realidad, es sueño. No es análisis, es experiencia. No es vida, es magia.
    La magia no la genera una sublime Meryl Streep. La magia tampoco la genera un montaje superlativo. La magia ni siquiera la genera la misteriosa complicidad de la música de Abba. La magia la genera una coherencia entre forma y fondo tan profunda que hace que las letras adquieran vida, que los sueños se vuelvan tangibles, que la culebronesca trama adquiera ironía, que la risa tornre felicidad y los pies se vuelvan alas.
    La magia es vida. Y películas como Mamma mia no volverán a ser mencionadas en mi blog, pero ayudan a hacer un mundo mejor. Ayudan a que tengamos más vida.
    Podría seguir explicando la magia, pero nada hay como darle al Play. Puede que el esnobismo haga que el ganador se lo lleve todo. Puede que el perdedor se quede sin nada. Pero ¿qué más da perder cuando has disfrutado del partido?