lunes, febrero 18, 2008

NO ES PAÍS PARA VIEJOS (Joel Coen): 8

Sorprende que alguien con el oficio de los Coen cometa errores de primerizo. Sorprende que alguien con su carrera quiera romper las expectativas con un desenlace ajeno a sus primorosos planteamiento y nudo. Sorprenda que sigan queriendo sorprender antes que guardar coherencia.


No es la primera vez que les pasa. Obsesionados con la originalidad, son ya varias las veces que han dejado de redondear obras maestras por su intento de epatar. "Sangre fácil", "Fargo" o "El hombre que nunca estuvo allí" tenían una característica común. Conseguían una pluscuamperfección que justo en el momento en que les iba a llevar a pasar la historia, quedaba dinamitada por un chiste facilón o una carga de profundidad que no viene al caso.


Lo mismo les ocurre con "No es país para viejos". Tras firmar una apasionante película de acción, seca como la gente sin excusas, brutal como el hambre ajena para un niño, dejan que el thriller se convierta en un melodrama profundo y con ello, rompen al espectador y a su clímax. En lugar de darle al cliente su merecido duelo de antagonistas, le atosigan con una serie de diálogos sobre la senectud que igual resultan interesantes en la novela, pero que en el cine dejan un regusto que el resto de su obra no merece.


Porque hay que ser justos. Los últimos 2o minutos no deben esconder los soberbios 100 anteriores. Hay tanto detallismo en cada uno de sus conflictos, tanta síntesis en cada una de sus imágenes, tan geniales elipsis y soluciones de montaje y es tan fascinante la composición de Bardem que no recomendar esta peli sería un pecado mortal. Tan mortal como los pecados que cuenta la peli. Tan mortal como los que al final cometen los Coen. Tan mortal que sólo se absuelve volviendo a verla. Volviendo a verla y esperando que en la próxima nos regalen la perfección que poseen en sus talentos.

sábado, febrero 16, 2008

Una joya que no hay que perderse: "Parque Vía"


Avatares de la vida me han llevado a poder ver antes de su estreno una película que no es sino una joya. Y una joya que no parte de una gema, sino de una piedra.

La película se llama "Parque Vía" y se estrena en quince días en el Festival de México D.F.. Pero tengan por seguro que pasará por muchos más festivales. Pasará y arrasará. Porque es una peli especial, porque es una peli de las que no se olvidan.

Hace ya mes y medio que la vi. Y no se va de mi conciencia. Te penetra y se queda. Su protagonista tiene tanta fuerza que entra como un taladro en tu cerebro y se queda para siempre. Hacía muchos años que no sentía tanta emoción por un personaje, tanta empatía por una persona fílmica. La creación de Enrique Rivero está tan llena de vida que, minuto a minuto, sientes la vida pasar y ésta te apasiona. Retrata la rutina de una forma tan veraz como cinematográfica, y siendo fiel a la vida misma, logra convertir el tedio en pasión, y la pasión en acción.

Sus recursos no parecen los de un novato. No busca epatar en ningún momento. No busca contar todo lo que es él y todo lo que piensa. Todo lo contrario. Se resiste a contar más que lo que la historia da. Y la historia no da para mucho. La historia sólo da para contar la vida. Y la vida lo es todo.

Por eso "Parque Vía" entra dentro de las conciencias y dentro de los corazones. Lo hace a ritmo lento, al ritmo de la vida. Lo hace a ritmo constante, al ritmo de la vida. A fuerza de ritmo vital, al final no queda dentro de uno sino la vida.

Su película no imita a la vida ni imita a la ficción, la ficción es vida, y la vida es ficción. Por eso te lo crees todo, por eso amas a su personaje como amas a tu novia o a tus amigos. Lo quieres por sus defectos, lo quieres porque es como es. Por eso quieres que salga de ésta, por eso quieres que siga encerrado en "Parque Vía".