El cine francés puede considerarse un género en sí mismo. Su búsqueda forzada de lo épico en el intimismo, de la trascendencia en la banalidad y de la autortura en la soledad le han granjeado tanta admiración como odio. Yo me acerco más a los primeros. Pero sobre todo me acerco a algunas películas, aquéllas que me tocaron lo más profundo de mi alma. Por eso aquí doy una lista de pelis hechas por directores galos, que considero irrebatibles. Probablemente habrá muchas ausentes -me faltan muchas por ver-, pero sí garantizo que las que están deben estar.
OBRAS MAESTRAS INDISCUTIBLES:
- El silencio de un hombre (Jean-Pierre Melville)
- Al final de la escapada (Jean-Luc Godard)
- Hoy empieza todo (Bertrand Tavernier)
- Las diabólicas (Henri-Georges Clouzot)
- Como en las mejores familias (Cedric Kaplisch)
- Para todos los gustos (Agnes Jaoui)
- Recursos Humanos (Laurent Cantet)
IMPRESCINDIBLES:
- Los 400 golpes (François Truffaut)
- El empleo del tiempo (Laurent Cantet)
- Vivir su vida ( Jean-Luc Godard)
- Gracias por el chocolate (Claude Chabrol)
- La coleccionista de amantes (Eric Rohmer)
- Amélie (Jean-Pierre Jeunet)
- Cuento de verano (Eric Rohmer)
- Delicatessen (Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro)
Seguro que mi lista no es perfecta. He dejado fuera a Bresson (del que he visto muy pocas), Alain Resnais (que a veces me fascina, pero nunca una película completa) y a los documentalistas, que mejor los tratamos en una lista específica. He dejado fuera a muchos, pero los que están son parte de los que son.