martes, noviembre 21, 2006

FICCIÓN (Cesc Gay): 8,5


No es fácil saber qué lleva a un autor a decidir cuál va a ser su siguiente película. Supongo que el hecho de que la anterior haya sido un notable éxito, complica todavía más el proceso. Aumentan las dudas y los folios tirados, aumenta la presión y el temor. Para Cesc Gay, el resultado ha sido que del temor ha salido algo mejor, algo más íntimo.

No sé cuánto hay de propio en el personaje que Eduard Fernández eleva hasta el cielo de la pantalla. Lo que sí sé es que lo que cuenta Gay parece tan cercano que se convierte en documento resumen de un momento de la vida. La crisis de los diez años de matrimonio, de los hijos crecidos a la felicidad y el consumo, de la rutina diaria que se parece poco a lo soñado y de los objetivos vitales que se parecen mucho a los buscados. La crisis de los cuarenta. La crisis.

Esa crisis es tomada por Cesc Gay como punto de origen de una tristeza vital que envuelve a todo el largometraje y que todavía remarca más la maravillosa naturaleza alegre del enamoramiento. Y como si fuera una mezcla de Pollack y Bresson, Gay se apunta al hiperrealismo sin dejar de ser sumamente romántico. Se apunta a mostrar la torpeza del ser humano, la diferencia entre lo que quiere y lo que se atreve, sin permitir que la vida no deje de iluminarse por los sentimientos. Aunque no se muestren. Aunque se queden en esa ficción sublime que es la vida no vivida. Aunque nos lleven a otra ficción todavía más sublime que es la vida cinematográfica.

1 comentario:

Roger dijo...

Buenas, le recordamos que ya está abierta la temporada de las listas en Las TermóPilas..!