Siempre que está perdido, Woody Allen vuelve a sí mismo.
Le ocurrió a mediados de los 80 cuando decidió convertirse en Bergman y en Fellini. Respondió con "Delitos y faltas". Le ocurrió a principios de este siglo, cuando transmutó en un operario de Dreamworks. Respondió con "Todo lo demás". Le ha ocurrido ahora, al fugarse a Londres y Barcelona. Ha respondido con "Si la cosa funciona".
Le ocurrió a mediados de los 80 cuando decidió convertirse en Bergman y en Fellini. Respondió con "Delitos y faltas". Le ocurrió a principios de este siglo, cuando transmutó en un operario de Dreamworks. Respondió con "Todo lo demás". Le ha ocurrido ahora, al fugarse a Londres y Barcelona. Ha respondido con "Si la cosa funciona".
Y la vuelta a sí mismo le ha vuelto a venir bien. Porque "Si la cosa funciona" es puro Woody Allen. Es Nueva York, es comedia, es acidez, es diálogos hilarantes, es alter ego, es visión trágica de la vida que sin embargo genera alegría de vivir.
Como en el mejor Allen, como en el Allen que es él mismo, la historia funciona y los gags funcionan. Como en el mejor Allen, la identificación es clara y las antagonistas generan tanta risa como simpatía. Como en el mejor Allen, la comedia funciona y el drama avanza.
Pero del mejor Allen faltan cosas. Faltan gags visuales, más basados en la situación y no sólo en la brillantez del diálogo. Falta una profundidad que convierta en filosofía lo que es sólo conflicto. Falta una tranquilidad para llegar al final, que convierta el desenlace en resultado y no sólo en fin. Falta redondear con detalles lo que se ha tardado en construir.
Al igual que "Delitos y faltas" y "Todo lo demás, "Si la cosa funciona" es puro Allen. Un Allen que se agradece, que genera diversión y cierto gozo. Pero al revés que las otras dos películas, "Si la cosa funciona" es un Allen estupendo, un Allen menor.
Como en el mejor Allen, como en el Allen que es él mismo, la historia funciona y los gags funcionan. Como en el mejor Allen, la identificación es clara y las antagonistas generan tanta risa como simpatía. Como en el mejor Allen, la comedia funciona y el drama avanza.
Pero del mejor Allen faltan cosas. Faltan gags visuales, más basados en la situación y no sólo en la brillantez del diálogo. Falta una profundidad que convierta en filosofía lo que es sólo conflicto. Falta una tranquilidad para llegar al final, que convierta el desenlace en resultado y no sólo en fin. Falta redondear con detalles lo que se ha tardado en construir.
Al igual que "Delitos y faltas" y "Todo lo demás, "Si la cosa funciona" es puro Allen. Un Allen que se agradece, que genera diversión y cierto gozo. Pero al revés que las otras dos películas, "Si la cosa funciona" es un Allen estupendo, un Allen menor.
2 comentarios:
Ví la pelicula en el avion camino de Bogotá, por tanto no disfrute de la oscuridad y complicidad del cine.......pero me pareció el mejor woody Allen, cítrico, maravillosamente cítrico....
Mato
acabo de verla y haré el comentario, pero de momento una duda ¿por qué Allen le da tanta relevancia a la comida? Tanta frutería, pescadería, etc. duante toda la peli, me deja intrigado.
Zalacaín
Publicar un comentario