domingo, septiembre 10, 2006
CORRUPCIÓN EN MIAMI (Michael Mann): 7
El gran público no distingue de nombres, distingue de emociones. Para ellos, Michael Mann no existe. Existe el tiroteo de Heat, la pesadumbre de Russell Crowe en El dilema, la atmósfera y el lobo que cruza Los Ángeles en Collateral. Existe la tensión y horterismo de la serie por antonomasia de los 80: Corrupción en Miami.
A caballo entre su formación europea, su gusto por personajes multidimensionales y su habilidad para el cine de acción americano, Michael Mann se erige como uno de los pocos habituados a los éxitos masivos que es capaz de tener una voz, un estilo y una coherencia consigo mismo y con el mundo en el que vive. Quizás por su condición añadida de escritor (aunque es mejor cuando se deja acompañar por Eric Roth) sus películas tienen siempre un poso de pesimismo que no hace sino incrementar la verdad, la fuerza del espectáculo. No es dado a mensajes ni parábolas. Se basta de su cámara, de su puesta en escena y de su descomunal habilidad para el montaje para construir conflictos éticos sin necesidad de que se vuelvan discursos.
Aunque no sea de sus mejores pelis, todas estas virtudes se conservan en el paso a la sala oscura de Miami Vice. A una trama tópica de mainstream, en la que no faltan secuestros de la chica del héroe ni amores entre el bueno y la mala que no es tan mala, Mann es capaz de dotarla de una realidad ajena a la fácil tendencia a la autoparodia que tenía la serie. Así, escena a escena, malo a malo, la peli va entretejiéndose hasta hacer saltar la tensión por los aires. A ello ayuda un hiératico y espeluznante Luis Tosar, de largo el mejor de la función. A ello nada contribuye un Colin Farrell, perdido en la tensión entre la parodia del chuloputas que es y la de la verdad de la granulada cámara del gran Michael Mann.
Tampoco es para tanto. se deja ver. Colin Farrell está muy atractivo
ResponderEliminarEl mejor Luis Tosar, borda los papeles de malo.
ResponderEliminarDesde Te doy mis ojos, comienza a tener problemas para que alguien le vea de bueno...
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