Y es que por más veces que hayas ido, Scorsese logra que sientas como si fuera tu primera vez.
Lo hace gracias a un 3D con todo el sentido, que multiplica la imagen dando profundidad y atmósfera al texto. Lo hace gracias a una dirección artística que hace que nunca sepas dónde la frontera entre lo real y lo digital, entre lo asible y lo inasible, entre la vida y el sueño. Lo hace gracias a una historia tan plena de cinefilia y amor que hace que el género familiar adquiera por fin un significado positivo. Lo hace gracias a un guión de hierro, que se mezcla y se entremezcla como las historias míticas de toda la vida. Lo hace gracias a una dirección que logra romper cualquier barrera de lo antes conocido.
El resultado es la película más mágica que recuerdo. Una suma de sentimientos infantiles y amor adulto, que se queda en tu corazón y se disfruta con los ojos y el alma desnuda. Un alma desnuda que queda vestida durante 2 horas inolvidables.
Magníficos efectos especiales para una película noña y pastelosa.
ResponderEliminarNo creo que merezca la puntuación que le has dado a no ser que no hayas visto Eduardo manostijeras
Si amas el cine y te quieres sentir un niño, la peli consigue magia. Si no quieres ninguna de las 2 cosas, lo normal es quedarse fuera
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