domingo, marzo 21, 2010

THE ROAD (John Hillcoat): 5


Debería decir que "Me debo a mi público". Lástima que no lo tenga. Porque ese es el único motivo porque el me pongo delante del ordenador a escribir acerca de esta película. Porque tengo un compromiso de escribir acerca de cada peli que veo en el cine.
Sólo que normalmente disfruto haciéndolo. No es el caso.
Es tan fría, tan coñazo, tan visceralmente lejos de la epopeya pretendida que cada uno de sus fotogramas cae cual plomo sobre los anteriores.
No es culpa sólo de la fotografía, gris como el futuro que dibuja. Tampoco es culpa del pesimismo de postal en el que nos envuelve. Ni siquiera de la atmósfera tópica de ciencia ficción. Tiene que ver con unos personajes que sólo interesan cuando recuerdan, cuando sueñan. Tiene que ver con su viaje, que pudo ser interesante en la novela, pero que no lo es en el paso al cine. Su dureza es innecesaria. Su emoción es sentimentalismo. Su aprendizaje es obviedad.
Su metraje es un coñazo de tomo y lomo, sólo salvado por la aparente profundidad del tema. Cada estrella que le ha dado la crítica es una pérdida de prestigio para el cronista. Cada punto que le doy yo es un regalo más motivado por la falta de defectos, que por la generación de efectos. Cada palabra que escribo me arrepiento más de haber iniciado este escrito. Así que es momento de acabarlo.

sábado, marzo 13, 2010

UN PROFETA (Jacques Audiard): 7


Supongo que hay autores que conectan más y que conectan menos con uno. Jacques Audiard conecta con casi todo el mundo. No conecta conmigo.
No se trata de que no lo valore. Su cine siempre me interesa. Siempre me apetece ver qué pasa al final. Siempre me seducen un par de ideas. Siempre lo sigo con fuerza y sin pasión.
Como en el resto, su cine parte de un guión de hierro que se encarga de deconstruir para que no parezca tanto cine. Tiene pinta de que había una gran y potente maquinaria de cine negro que se encarga de anular quitando un par de engranajes. Con eso consigue que su drama se parezca a la vida real, que gane credibilidad y pierda vigor cinematográfico.
Esa decisión lleva a la siguiente y es que su cine lo pueblan personajes antipáticos. No hace el más mínimo esfuerzo por acercar a sus protagonistas. Puedes llegar a entender la situación en la que se encuentra Malik pero es tan deplorable, tan falto de valores cada uno de sus comportamientos que sentir empatía hacia él es la más utópica de las aventuras.
Y este hecho nos lleva a su último foco: la atmósfera. Al no sólo eludir los antihéroes, sino abarrotar de hijos de puta la trama, lo que consigue es que te sitúes en un ambiente que parece profundamente real, pero del que no quieres saber nada. Sólo quieres portarte bien para no ir a una cárcel poblado de islámicos.
Porque no deja poso de esperanza. Por mucho que lo intente con el final. El proceso de aprendizaje del protagonista puede ser el de un profeta, pero desde luego no es el del espectador.
Por eso sigo sin conectar con Audiard. Por eso me temo que seguiré sin conectar.

martes, marzo 09, 2010

CineForum: EVA AL DESNUDO (Joseph Manckiewicz)


Si de alguna película cuesta más escribir es de ésta. Y cuesta porque siento que es como profanarla. Está tan bien escrita que poner palabras a las palabras vividas es casi destrozarla.
Como bien decía siempre el propio Manckiewicz, todo se resume en el guión. La historia tiene tanta fuerza que sólo la posterior copia sistemática del modelo se ha encargado de intentar reducir. Pero no lo ha conseguido. Es tan grande el argumento, las voces en off que se van superponiendo, la multiplicidad del punto de vista, la estructura circular, la creencia en el teatro de la vida, que los propios remakes inconfesos no han logrado acabar con All about Eve.
La vida se puede resumir en el teatro. Pero el teatro también puede ser la vida. A eso llega Manckiewicz después de 133 minutos de un ritmo descomunal, donde el teatro y la vida se enfrentan hasta llegar a fundirse. Donde los conflictos del teatro de Margo Channing alimentan su vida como ésta alimenta los del teatro. Donde el arribismo disfrazado de bondad de Eve Harrington se manifiesta en creciente infelicidad personal. Donde a cada paso que dan los personajes, representan un rol ficticio que modifica el rol real hasta llegar a confundirse.
Porque de eso va Eva al desnudo. De cómo la vida exterior y la interior están todo el rato mezclándose, modificándose. Cómo somos incapaces de distinguir nuestras propias mentiras y, tras asumirlas como propias, comenzamos a interpretarlas hasta sentirnos más cómodos con nuestro personaje que con nuestra vida. Hasta preferir el texto escrito que el vivido. Hasta ser mejores actores que personas.
Porque los diálogos son siempre más brillantes que nuestras ocurrencias. Porque los conflictos de la vida cotidiana sólo son disfrutables en el auditorio. Porque por muy bien que escribamos nuestra propia vida, por muy bien que se escribiera esta crónica, la ficción siempre es mejor que la realidad.

OTRAS RECOMENDACIONES DEL AUTOR:
1. La huella.
2. El fantasma y la señora Muir
3. Mujeres en Venecia
4. El día de los tramposos

lunes, marzo 08, 2010

Los Oscar 2010


Concedo a los Oscar la misma importancia que a las opiniones cinematográficas de mi asistenta. Alguna vez incluso lleva razón.
El problema es que si a mi asistenta nadie la escucha, a la Academia todos la siguen. Siguen a una gente capaz de apostar por Sandra Bullock. Siguen a una gente capaz de confundir la historia con el guión, el personaje con el actor, la belleza con el maquillaje, los efectos digitales con el uso de la cámara. 
Siguen a una gente que se les impresiona con el espeluzne (Precious) y no con el talento (Vera Farmiga). Siguen a una gente capaz de confundir la seriedad del tema (En tierra hostil o El secreto de sus ojos) con la profundidad (La cinta blanca). A una gente que ve originalidad cuando sólo es novedad en Hollywood. A una gente que no sabe que mucho sonido no significa que sea bueno, sino que la excelencia puede estar en el silencio y el sonido fuera de plano (Haneke). 
A una gente que está habituada a mirar para otro lado hasta que se siente obligada a pronunciarse para parecer trascendente.
Y de esa nueva trascendencia se aprovechan las películas pretendidamente trascendentes. Pasan de lado las que utilizan la comicidad para ser realmente profundas (Up in the Air, An Education y la joya de Malditos bastardos).
Si generalmente los Oscar son un disparate, este año han alcanzado la categoría de broma pesada. Si me suelen importar tanto como la opinión de mi asistenta, este año prometo escucharle más a ella.

OSCARS JUSTOS:
Christopher Waltz por Malditos bastardos
OSCARS DECENTES:
Kathryn Bigelow
OSCAR INDECENTES
Sandra Bullock versus Carey Mulligan
Monique versus Vera Farmiga
El secreto de sus ojos versus La cinta blanca
Fotografía para Avatar versus La cinta blanca
OSCARS VERGONZANTES
Guión para En tierra hostil versus Tarantino
Guión adaptado para Precious versus Nick Hornby (An Education)
Diseño de sonido para En tierra hostil versus La cinta blanca

martes, marzo 02, 2010

AN EDUCATION (Lone Scherfig): 8,5

An Education no es sólo la película más deliciosa de la temporada. An Education es una película educativa sobre la educación. Es educativa porque entra dentro de eso que podríamos calificar como el cine de valores, ese cine que desde pequeño consumimos como una materia más en nuestra educación. Es sobre la educación porque afronta de manera central las trampas, los riesgos y los logros de una buena educación.

Decía un cura de mi colegio que en la vida siempre hay que elegir entre dos opciones: una buena y otra mejor. La protagonista de An Education siempre se enfrenta a ambas. Y por supuesto, no sabe cuál es cuál. Sí sabe cuál le reporta más placer, más rendimiento inmediato. Sí sabe cuál es la que le han enseñado desde pequeña. Sí necesita un refuerzo que le lleve a aceptar el camino más largo.

Carey Mulligan  se pasa en este discurrir toda la película. Y se pasará el resto de su vida. Como nosotros. Tanto en nuestra vida personal como en nuestra carrera profesional.

Todos sabemos que hay un subconsciente colectivo que acaba haciendo que todos los mensajes de las madres sean el mismo. “Estudia, hijo, para cuando seas mayor”. Te conminan a aburrirte en pro de un supuesto beneficio futuro. Pero nunca sabes cuál es. Con tal convencimiento es fácil caer en cuanto aparecen otras opciones en forma de distracción. Quizá las chapas puedan combatirse. La tele frente a la lectura será un esfuerzo diario. La fiesta y las chicas terminarán con dicha certeza.

A la protagonista casi le cuesta  el resto de su vida no vencer esas tentaciones. Porque además, el camino más corto suele vestirse del aparentemente más educativo. En este caso, la universidad de la vida le  aparta de la universidad de los libros, pero le enseña el jazz, le muestra la música clásica, le lleva a París, aprende a realizar sus sueños. Sus sueños más superficiales. Los que pueden proporcionarle más satisfacción presente, menos libertad futura.

En la carrera profesional, nos encontramos continuamente esas trampas. Trampas que, al igual que el diablo, se visten de Prada. Trampas en forma de sueldos grandes con responsabilidades pequeñas, status altos para puestos sin contenido, redes de relación importantes que esconden actividades sin aprendizaje, roles donde no explotar ninguna de las propias virtudes, excesiva seguridad futura y presente inactivo.

La crisis ha destapado y vaciado muchas de estas trampas. Y no tienen nada de malo, son opciones buenas pero hay que saber que son trampas. Trampas que alejan del objetivo futuro, que dificultan llegar a ser quien uno quiere ser.

En el camino, uno puede llegar a dudar incluso de quien quiere ser. Carey Mulligan lo duda. Y está a punto de caerse por el precipicio de la vida fácil, de la futura vida complicada. En momentos como ése es cuando más necesitamos un apoyo. Ella reclama un primer apoyo, alguien externo que le diga lo que tiene que hacer. 


Hoy mucha gente tiene el problema de que está en el paro, tiene la oportunidad de decidir su destino laboral. Por eso, y ante la duda, muchos están recurriendo a asesores de carrera profesional. Los que han salido de su empresa mediante Outplacement no sólo tardan mucho menos en recolocarse, sino que lo hacen mejor. Porque llevan ese asesoramiento incorporado. Y están eligiendo proyectos alineados con sus capacidades, donde puedan desarrollar al mismo tiempo sus sueños y sus fortalezas, donde tengan siempre retos reales, donde puedan practicar en la reducción de sus debilidades.

El segundo apoyo que pide la protagonista es que no le basta con hacer, necesita que le expliquen por qué nos educan. Ante la posibilidad de elegir, no nos basta con saber los caminos, necesitamos saber los porqués. Muchas veces los jefes repartimos responsabilidades pero no explicamos   el rol que éstas juegan dentro del aprendizaje de uno. Y al no explicarlas, podemos estar haciendo que la otra persona no vea más que el aburrimiento y el sufrimiento que significan, estamos haciendo que elija el otro camino.

Parte de educar es educar en la educación. Carey Mulligan lo aprende. Y a partir de entonces, sabrá cuál es el destino. Tendrá que elegir muchas veces entre una opción buena y otra mejor. Habrá muchas veces que se equivoque. Habrá muchas veces que caerá. Pero podrá levantarse. Porque sabe dónde ir. Porque sabe por qué va allí.