El año acaba. Y para ser tan poco original como suelo ser, y sobre todo para cumplir con el requerimiento de las Termópilas, haré mi lista con lo mejor del año.
No ha sido un gran año de cine. Apenas diez o doce grandes momentos, apenas un par de obras maestras. No han estrenado Tarantino o Lynch, no han estrenado Winterbottom o León de Aranoa. De los verdaderamente grandes que sí estrenaron, algunos se hundieron y por dos veces -Allen-, otros se repitieron -Haneke- y otros sólo rozaron la gloria -Kim ki Duk o De Palma-. Para los que luchan por serlo, tampoco ha sido un gran año. Unos confirmaron que no son grandes -Wong Kar Wai-, otros quisieron dejar de ser autores y en el camino alcanzaron la siempre odiada corrección -De la Iglesia- y fueron muy pocos los que dejaron huella, los que serán revisados en 2009 y en 2059.
Vamos, que suena a patética nostalgia de amante del cine clásico, pero 2008 ha sido de esos años en los que cualquiera tiempo pasado fue mejor. Sólo cinco pelis se han salvado de ello. He aquí las que han generado un mundo mejor:
1. Antes que el diablo sepa que has muerto. O cómo a los 80 se puede deleitar con una obra clásica, profunda, narrada a un ritmo lento que genera una tensión sin límite, con una estructura que se parte en mil pedazos, con unas imágenes que penetran en tu tristeza, con unos actores que llegan al cielo. Lumet logra la misma gloria que en 1959. Lumet será visto en 2059.
2. 4 meses, 3 semanas y 2 días. El aborto para Ceaucescu o el terror circunscrito a la realidad. Los 20 minutos de plano fijo y tiempo real de la escena cumbre de esta peli son sin ninguna duda el momento más grande de cine de los últimos años. Sólo por ese logro de Christian Mungiu merece la pena haberse tragado más de 100 pelis este año.
3. Quemar después de leer. La comedia de los Coen es lo más desternillante que se ha dado recientemente junto a la parodia inglesa Arma fatal. Sus 85 minutos son un prodigio de construcción e ironía, de trama de thriller y carcajadas de comedia. Es tal su sobredosis de talento en esta peli que uno se pregunta qué coño hacen los espectadores en otras salas.
4. Sólo quiero caminar. O cómo la imperfección puede ser vencida por la verdad. Porque es verdad que su trama tiene agujeros, pero da igual. Tienen tanta fuerza sus conflictos, hay tanta brillantez en sus actrices y tanta pasión oculta en la historia de amor que todo lo técnico da igual. Se mete por los poros y te hace llorar de una manera inolvidable, te conecta para siempre a su mundo, se hace tuyo, se hace nuestro.
5. Parque Vía. Probablemente sea la mejor de todas, pero de momento sólo se ha estrenado en festivales, ha arrasado en todos los festivales. Hay más verdad en esta peli que en todo el resto del cine estrenado. Hay más emoción y equidistancia en esta peli que en todo lo que quede por ver. Pero sobre todo, hay un personaje que es la persona a la que más querréis en vuestra vida cinematográfica. Se llama Beto y ha salido de la realidad para meterse en la ficción. Meteros en su ficción, meteros en su realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario