13 rosas es el primer fiasco de Martínez Lázaro. Y lo es porque no ha sido fiel a sus señas de identidad. No ha sido fiel a lo que mejor sabe hacer.
Martínez-Lázaro es un gran narrador de la cotidianeidad. Su mirada pequeña, despreocupada e irónica le permite acercarse a la realidad para captarla y hacerla cine. Porque a él lo que le gusta es el cine. Y quiere hacer del cine espectáculo, quiere hacer de las pequeñas cosas de la vida cosas interesantes y divertidas.
De eso tratan sus comedias, en eso brilló en su incursión en el thriller. Eso es justo lo que se echa en falta en 13 rosas. En su afán de hacer cine de espectáculo, Martínez-Lázaro se ha lanzado a una historia demasiado grandilocuente. Que fuera verdad no significa que se pueda recurrir a la realidad, a la cotidianeidad. Al contrario, es una de esas historias más grandes que la vida, que están llenas de grandes momentos. Y la especialidad de Martínez-Lázaro son los pequeños momentos.
Al hacer espectáculo, Martínez-Lázaro se pierde en el camino. Su película abusa de intento de emoción sin haber intentado hacer que queramos antes a los personajes. Por eso nada de lo que sucede nos importa demasiado. Sólo cuando vuelve a su territorio, Martínez-Lázaro nos llega. Cuando Verónica Sánchez ligotea con un espléndido Félix Gómez, cuando Pilar López de Ayala nos lee una carta con la sobriedad que falta a todo el resto de la película.
¡¡Que exitazo de comentarios tiene tu blog!! Y eso que no has parado de hacer span en otros blogs¿Te has parado a pensar que eres más malo que el sebo?
ResponderEliminarTematomato, asumo, acato y acepto mi incapacidad. ¿Tú asumes la tuya con la ortografía y los símiles?
ResponderEliminarMuy bien mato,el primer paso es reconocer que se tiene un problema.
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