domingo, enero 15, 2012
THE ARTIST (Michael Hazanavicius): 8,5
Lo mejor que te puede pasar ante esta película es que confíes en ella. Que te dejes llevar.
Yo lo confieso: se la recomiendo a cualquiera. Pero te ocultaría una parte decisiva de su forma. Y lo haría pensando en ti. Porque si no, no vas a atreverte a verla. Y tienes que verla.
No es verla, es sentirla. Es meterte en otra época, es ser carne de cine, de "cine de verdad", del de antes.
El mejor cine probablemente se haga ahora, pero "el cine" siempre será el cine clásico. Y "The Artist" logra que te metas dentro de él y vivas como si fueras una estrella de las de antes. Lo hace dominando todas las claves. Un guión notable, que se mueve entre la reactivación del melodrama de siempre y la inclusión de las anécdotas de las vidas reales de sus actores. Unos personajes antagónicos pero que no dejan de ser preciosos, destinados a encontrarse y encontrarnos. Una fotografía que encuentra luz, contraluz y metáforas en casi todos los planos. Y lo mejor, un ritmo bestial, que nos recuerda que el cine sobre todo nace para entretener, para evadir, para emocionarse.
Y The Artist lo encuentra. De la sala sales entretenido, evadido, emocionado. Feliz. Como en el cine de siempre.
DRIVE (Nicolas Winding Refn): 7,5
Lo primero que sorprende en "Drive" es su estética ochentera. Pero puestos a asumir dicha imagen, ni siquiera elige la de Spielberg, hace como Tarantino y se va a por lo peor para hacer de lo mejor. Así en pantalla, vemos deslizarse la filmografía de Adrian Lyne o de Jerry Bruckheimer.
El hito llega ya con esos títulos directamente robados de lo más kitsch, de Flashdance.
Todo sirve para darle un aspecto único a un personaje y una secuencia inicial apasionantes. A partir de ahí, nos metemos en un trama que intenta ser "Le samouraï", pero olvida que eso supone lograr la precisión en el guión de Melville.
Pero entre imágenes alucinantes y secuencias de acción sublimes, llegamos a un último tercio en que, queriendo convertirse en Cronenberg, a Nicolas Winding Refn, se le va la mano con la violencia. Y donde quiere ser seco resulta gore. Donde quiere resultar brutal, resulta desagradable.
Ese tercio final, pleno de incoherencias de guión, lastra gran parte de los logros de una película de arte y ensayo que quiere ser para todos los públicos. De una película para todos los públicos que quiere ser de arte y ensayo.
El hito llega ya con esos títulos directamente robados de lo más kitsch, de Flashdance.
Todo sirve para darle un aspecto único a un personaje y una secuencia inicial apasionantes. A partir de ahí, nos metemos en un trama que intenta ser "Le samouraï", pero olvida que eso supone lograr la precisión en el guión de Melville.
Pero entre imágenes alucinantes y secuencias de acción sublimes, llegamos a un último tercio en que, queriendo convertirse en Cronenberg, a Nicolas Winding Refn, se le va la mano con la violencia. Y donde quiere ser seco resulta gore. Donde quiere resultar brutal, resulta desagradable.
Ese tercio final, pleno de incoherencias de guión, lastra gran parte de los logros de una película de arte y ensayo que quiere ser para todos los públicos. De una película para todos los públicos que quiere ser de arte y ensayo.
LE HAVRE (Aki Kaurismaki): 6,5
Algunas películas son aclamadas por venir de donde vienen. Yo mismo a veces tengo la tentación de aclamar lo que viene aclamado. El problema es cuando en la sala apenas se oyen risas, al salir apenas se ven lágrimas.
Es es el caso de "Le Havre". No es una mala película. Es más, el ganador de la Palma de Oro en Cannes ha facturado una película humilde, bonita, interesante. Una película optimista que se agradece en estos tiempos de dramas humanos y terrores cinematográficos.
Pero no es más que eso. Porque se trata claramente de una película pequeña y previsible. Sí, es humana, es curiosa y es de Kaurismaki, pero aunque nos empeñemos en lo contrariono es mucho más que eso.
Es es el caso de "Le Havre". No es una mala película. Es más, el ganador de la Palma de Oro en Cannes ha facturado una película humilde, bonita, interesante. Una película optimista que se agradece en estos tiempos de dramas humanos y terrores cinematográficos.
Pero no es más que eso. Porque se trata claramente de una película pequeña y previsible. Sí, es humana, es curiosa y es de Kaurismaki, pero aunque nos empeñemos en lo contrariono es mucho más que eso.