sábado, febrero 27, 2010

SHUTTER ISLAND (Martin Scorsese): 5,5

A todos los directores que no escriben les pasa lo mismo. De vez en cuando la cagan.
No la cagan porque sean malos, la cagan porque cuando la necesidad de buenas historias se prolonga, baja el nivel de exigencia. Y con él, uno se acaba poniendo al frente de un proyecto de menor calado del que uno merece. De menor calado del que Scorsese merece.
La historia de Dennis Lehane no daba para mucho. Daba para hacer una reflexión sobre la locura y sus tratamientos. Tampoco parece la mejor carne para un plato de Scorsese. En ella ni siquiera ha metido su obsesión por los efectos de la religión sobre la pérdida de la razón. Si la pluma de Paul Schrader hubiera estado metida, otro gallo le hubiera cantado.
Si al asumir una historia tan ajena como la de Infiltrados, ya asumía su no autoría, el genio italoamericano busca todos sus retos en lo visual. Y ahí deriva en un mal artesano y buen cinematógrafo. Ahí acaba siendo un regular narrador y un excelente fotógrafo. Ahí aparecen todas las alucinaciones y sueños del protagonista, que resultan tan desgarradoras y potentes como inútiles. Ahí aparecen todos sus  giros, que convierten el metraje en entretenimiento pero nunca en reflexión. Ahí aparecen sus paisajes y faros del mejor Hitchcock, unido a sustillos de serie B. 
Ahí aparece una salida digna para cualquiera e indigna para Martin Scorsese. No es una cagada como las de otros que no escriben, pero sigue siendo una cagada para él.

miércoles, febrero 24, 2010

CineForum: TROPA DE ÉLITE (Jose Padilha)


¿Se puede sostener el estado del bienestar actuando de una forma que esté bien?
¿Consumir un canuto es hacer que un niño se condene a vender drogas?
¿Matar puede ser la mejor forma de salvar vidas?
Tropa de élite nos hace todas estas preguntas. Tropa de élite logra que nos planteemos todas las anteriormente verdades inmutables progres. Tropa de élite consigue que nos replanteemos gran parte de nuestra corrección política.
Lo hace gracias a su trama. Una trama tan atada a la realidad que se llega a confundir con ésta. Lo hace gracias a su punto de vista. Un punto de vista con tantas conexiones con el Travis Bickle de Taxi Driver que llega a confundirnos casi tanto como a él. Lo hace gracias a un espídico montaje, que agarra tu confort y lo lanza por los aires. Lo hace gracias a un guión con estructura en seis, que te mueve y te remueve hasta volcar tus principios.
Pero lo mejor no está en la forma. Lo mejor ni siquiera está en el fondo. Lo mejor es que puedas crear que te has tragado una peli de género. Lo mejor es que la reflexión parece estar en la superficie cuando está en el fondo. Lo mejor es que, sujeto a su acción, deja que seamos nosotros quienes  respondamos a sus preguntas. Lo mejor es que todavía hoy, lejos del impacto, nos seguimos haciendo nuevas preguntas. Lo mejor es que hoy no somos ni seremos los mismos que ayer. 

lunes, febrero 15, 2010

LA CINTA BLANCA (Michael Haneke): 9


Hace tiempo que sabíamos que Haneke es el mejor director de actores del mundo. Hace tiempo que sabíamos que es quien mejor maneja el sonido. Hace tiempo que sabíamos que nadie como él para mostrar lo peor del ser humano. Lo que no sabíamos es que podía ser accesible. Que podía contar la historia. Que podía ser otro sin dejar de ser él mismo.
La cinta blanca guarda toda su esencia y la pone al servicio de una historia perfectamente comercial. No es comercial en el sentido hollywoodiense. Lo es en el sentido de que uno puede llegar a entretenerse.
Pero su propósito dista mucho de ser ese.  Su propósito es seguir siendo él mismo. Por ello vuelve a Funny Games o a El video de Benny para hablarnos del mal radical que hay en el ser humano desde casi su nacimiento. Por ello anula cualquier posibilidad de empatía en la creación de personajes. Por ello, consigue que los actores parezcan haber nacido para ese preciso momento. Por ello anula cualquier posibilidad de emoción que cambie el pensamiento racional. Por ello mantiene la fuerza sobre sonidos fuera de plano. Por ello conserva su carácter de metacine. Por ello afila las garras de su discurso filosófico sobre la pregunta interactiva, y nunca sobre la respuesta.
Sin embargo, también obtiene logros nuevos. El ritmo es notable, carente casi de tiempos muertos. La tan fría como sublime fotografía es la mejor que nunca ha tenido su cine, y la mejor del reciente cine europeo. La mezcla de historias genera una nueva realidad que deviene estudio. Y finalmente, el calado histórico le confiere la fuerza de una reflexión que anticipa un nuevo tiempo. 
Es la llegada del nazismo la que se asienta sobre los ojos de una sociedad buena que no quiere ver cuánto de mal hay en ella. Es el mal que viene y no somos capaces de frenar. 

lunes, febrero 01, 2010

EN TIERRA HOSTIL (Kathryn Bigelow): 6,5


Nunca me han gustado las películas de guerra. Por eso no me gustó En tierra hostil. Por eso no me atrevo a decir que no sea buena.
Pero el caso es que me aburrió. El caso es que salí igual que entré. El caso es que no me hizo pensar. Sólo me hizo vivir un rato la guerra. El suficiente guerra para saber cómo es. El suficiente rato para que se me hiciera reiterativa, redundante.
El problema nace de mí, de que no me interesen las películas de guerra. De que no me generen ninguna empatía. 
El problema crece cuando la directora decide que no haya una mínima trama de ficción, un hilo común entre las escenas. Eso provoca que las escenas se superpongan hasta hacer desaparecer la necesidad de que venga una más. 
Y finalmente, el problema explota ante la ausencia de relaciones. La decisión de no incluir una sola relación  humana probablemente refleja la guerra, pero desde luego no me la hace nada interesante.
El resultado es el desinterés.  El resultado es el aburrimiento. El resultado es la no reflexión. El resultado es que salí igual que entré.